Edson Dávila es egresado de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP y hoy en día sigue siendo miembro de nuestra comunidad. Más allá de su vida personal y estudiantil, Edson siempre tuvo una pasión por el deporte y no un deporte cualquiera, desde el colegio encontró en la esgrima la alegría en un deporte poco difundido.
Tras 20 años practicándolo, Edson ha vivido los sacrificios que implica ser un deportista de élite y de selección, así como también la satisfacción de representar los colores patrios en torneos internacionales. El año pasado obtuvo el segundo lugar en el Ránking Nacional Categoría Mayores, clasificando al Campeonato Sudamericano de Esgrima que se llevó a cabo en la capital limeña.
Hoy queremos que puedas conocer a Edson Dávila de manera más profunda.
¿Cómo has equilibrado tu vida con la práctica de la esgrima?
Depende de la etapa en la que me encontraba, por ejemplo, en el colegio era súper sencillo porque terminaba de estudiar a las cuatro de la tarde y me ponía a hacer esgrima en el mismo colegio hasta las siete, ocho de la noche. Era mucho más fácil, en ese ambiente escolar practicaba junto a muchos chicos y yo lo sentía como una continuación del colegio, un ambiente social chévere y divertido.
Luego ya pasé a la universidad y entré a la PUCP, que fue mi sueño siempre, y en Católica desafortunadamente ni en esa época ni hasta ahora hay equipo de esgrima. En general creo que ninguna universidad tiene esgrima como deporte, excepto San Marcos. Y eso evitaba que haya un circuito competitivo interuniversitario. Incluso pregunté como podía hacer para representar a la PUCP en esgrima, pero me dijeron que eso no se podía. Sin dudas durante mi época universitaria todo fue más difícil y retador, en especial si quería mantenerme en un nivel deportivo de alta competencia y a su vez mantener mis estudios.
Los dos años de Estudios Generales Letras me mantuve tanto en mis clases como entrenando con la selección, pero luego por temas personales y por falta de apoyo de la Federación a los deportistas que ya iban creciendo, decidí dejarlo.
Al terminar la universidad sentía que algo me faltaba, esa adrenalina y felicidad que te da practicar un deporte que amas y volví a la esgrima con la meta de clasificar a los Juegos Panamericanos Lima 2019 y lo conseguí, como suplente, pero para mí eso ya fue todo un logro.
- Durante todo este tiempo en el que intentabas equilibrar tus estudios con el deporte, ¿contaste con el apoyo de tu familia?
Sí, sin dudas el apoyo de mi familia y de mi esposa, que en ese entonces era mi novia, fue totalmente importante. Creo que sin ellos no estaría donde estoy hoy en día. Pasa mucho que lo que uno no ve es que detrás de un deportista hay mucho sacrificio no solo personal sino también de las personas que lo rodean.
- ¿Cómo han sido estos 2 años de pandemia, en cuánto a los entrenamientos y la preparación en la selección?
La pandemia nos afectó a todos, el último Sudamericano pre pandemia en el 2019, conseguimos un muy buen resultado ganando medalla sudamericana por equipos en Paraguay, como equipos de varones nos fue bien y estábamos muy ilusionados con lo que venía para el 2020,sobretodo porque sabíamos que el 2021 habría competencia aquí en Lima. Vino la pandemia, con una incertidumbre total, pero por suerte pudimos seguir entrenando por zoom con el profesor. Dentro de todo no fue lo mejor, pero nos daba el gusto de seguir practicando nuestro deporte, era un poco incómodo porque no todos tenían las mismas condiciones.
- ¿Qué mensaje le das a la comunidad PUCP y a todos los deportistas que representan a la universidad?
Que hagan lo que les gusta, lo que les apasiona y no lo dejen. Siempre como en el deporte van a haber días buenos y otros malos, pero la perseverancia, el sacrificio y el esfuerzo es lo que se ve al final. Eso es lo lindo, uno siempre llega a entrenar queriendo ser mejor que el día anterior y eso es algo que te sirve también para todos los aspectos de la vida.
